NUNCA VAS A ESCRIBIR BIEN

Una de las primeras memorias que tengo del colegio primario es esa, mi primer maestra, Marta...
siempre me decía, -Agarra bien el lápiz, así nunca vas a escribir bien-. Lo decía con fastidio, de mala manera, incluso, algunas veces, llegaba a levantarme la voz... nunca le di bola, a la tierna edad de seis años ya me había percatado un concepto que gente como Marta nunca va a entender... importa mas el sentimiento que uno le da a las palabras que el aspecto. El recuerdo que tengo directamente anterior a ese, es de una fiesta de preescolar, creo que era la fiesta de fin de año, nos habían llevado en el micro escolar hasta un teatro, no recuerdo donde, si recuerdo que estaba en un parque o una plaza, fue la primera vez que fui a un teatro, tenia mucho aspecto de cine, pero de los cines de antes, butacas de cuerina dispuestas en extraña forma circular doble con un piso de parque inclinado para abajo hacia el lado del escenario y balcones que llegaban hasta la mitad de la superficie de la planta baja. No recuerdo que pasaba en la obra, lo que si recuerdo es que aparecía mi maestra de ese entonces, Susana, la quería mucho a Susana, no puedo precisar que juegos hacíamos en preescolar ni que canciones cantaba, pero si me acuerdo de ella, me acuerdo de su largo y negro pelo ondulado, recuerdo su sonrisa y sus manos, usaba las uñas largas con esmalte transparente, no puedo precisar la edad que tenia ella en ese entonces, lo que si estoy seguro es que estaba enamorado de ella, trataba hasta el cansancio de llamarle la atención tocándola por la cintura, quería abrazarla, apoyarle la cabeza en las tetas y quedarme ahí todo el tiempo que fuera posible, me había percatado ya de que ella no se daba cuenta de la calentura que tenia ese chico de cinco años, claro que en ese tiempo yo tampoco.
Estaba esperando que empezara la obra, en el teatro habían mezclado las salitas, estaban los de la roja, la azul y la verde que era la mía, incluso habían chicos de primer o segundo grado, los cuales eran facilmente reconocibles por sus blanca indumentaria, no se porque, se había armado un despelote tal que se habían mezclado todos los chicos, algunos lloraban, otros caminaban por los pasillos, algunos estaban parados en la entrada buscando su contingente, yo había conseguido un asiento entre algunos chicos de guardapolvo blanco y me quede ahí, cerca mio habían tres o cuatro que habían iniciado una guerra de tutuca que nadie controlo y fue apaciguada solamente al acabarse les la munición, me parece recordar que la espera fue larga, hasta que finalmente se apagaron las luces, todos se pusieron a chiflar y aplaudir, se abrió el telón y... todos los que estaban delante mio se pararon para ver mejor y aplaudir, me paré sobre el asiento para ver mejor, creo que Susana estaba gritando su dialogo, yo la oía pero no veía nada, cada vez que podía acomodarme entre dos cabezas ella se corría hasta la otra punta del escenario, apenas pude vislumbrar que llevaba puesto, una especie de trajecito de Peter Pan con minifalda y medivachas negras, tenia lindas piernas con unos zapatos tipo Locomia con cascabeles en la punta, en eso escucho que se baja del escenario dispuesta a correr hasta la entrada del teatro (por alguna extraña razón que sucedía en la obra, la cual deduzco ahora que era un unipersonal), yo estaba a dos asientos del pasillo por el que pasaría ella... quería que viera que estaba prestando atención, quería que me viera entusiasmado con la obra y con ella, todos los de la fila de asientos se abalanzaron sobre mi y yo me abalance sobre los dos que tenia adelante, ahí la veía venir, quería que me viera con mi mejor sonrisa, ya la tenia estaba cerca, ya la tenia a casi un metro y estaba listo para gritar ¡¡¡SUSANAAAA!!! con todas mis fuerzas y hacerle señas para que me viera, y justo en ese momento me percate de algo que hasta el día de hoy estoy seguro que solo en ese momento y solamente yo lo había notado, me quede quieto y en silencio por un segundo, volví a mi asiento, cuando termino la obra volví hasta el micro y me quede con el chofer a esperar a mis compañeros.
Verán... había una sensacion extraña que sentía a medida que se acercaba mi maestra, que confirme cuando paso a mi lado, tenia un olor a pata que te tumbaba, no tengo idea si habrá sido justo ese día, la ropa de la obra, los nervios o si realmente era muy sucia, no puedo probar que haya sido de ella tampoco, pero tenia un olor a pata rancio, ya de días, un olor espeso que se rehusaba a irse aún cuando hacia un rato largo que había pasado, ¡que olor insoportable, dios mio!. Ese fue el fin de cualquier sentimiento que haya podido tener por ella y fue la experiencia que mas me preparo para la vida en el primario, recuerdo que el ultimo día de clases estaba mi madre había concurrido para la entrega de las carpetas (la de dibujos y tonterías que se hace en preescolar), Susana me llamo por mi nombre, me entrego la carpeta, yo acepte y me fui a sentar, y me dijo, -¿No me vas a dar un beso?-, y le dije que no con la cabeza, ni siquiera le dije chau cuando me fui.
Tres años mas tarde mi hermano iba al jardín en el mismo colegio y yo al primario que quedaba arriba, cuando había actos en el jardín, le pedía permiso a la señorita para ir a verlo, con la excusa que actuaba mi hermano (saber como rajarme de mis obligaciones es una constante en mi vida), en uno de estos actos, siento que me llaman por mi nombre, me doy vuelta y veo una señora de pelo largo negro que me saluda, era Susana, no se si fue psicológico o fue real, pero al momento que la vi, me invadió el olor a queso podrido que me había marcado tanto, me pregunto, -¿No te acordas de mi...?- con voz tierna, casi como de nena, le dije que no, me di media vuelta y seguí mirando la obra de los chicos de jardín.
Estas son algunas de las cosas que usted, estimado lector, puede llegar a encontrar en este blog, por favor sientase a gusto de comentar, (sobre este tópico o el que le plazca), trataré de mantenerlo actualizado lo mas posible... pero no prometo nada

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