La clasica de pascuas

Cuando íbamos a visitar a la familia a Pergamino, siempre me gustaba parar en San Antonio de Areco, era una parada clásica nuestra, bajábamos todos a estirar las piernas un rato y siempre comía un pebete de jamón y queso con una Cindor, pero las Cindor de aquella época, que venia en botellita de vidrio. El recuero de esa parada es tan vivido que creo, hasta podría dibujarla al detalle-
Viajábamos cada vez que podíamos, en aquella época teníamos auto y visitábamos a la familia de mi viejo con regularidad, nos quedábamos en la casa de mi abuela, que vivía a media cuadra de otro hijo suyo, uno de mis tíos, que tenia una jugueteria en el local de su casa, yo siempre esperaba que me regale algo, no me acuerdo que lo haya hecho alguna vez, pero allí vivía el, con su esposa y sus dos hijos, 10 años mayores que yo.
Lo que mas me acuerdo de aquellos días, es que la risa de mi tía se escuchaba desde la casa de mi abuela, y el colmo de todo es que era fanática de Hiperhumor. Por las noches, en las calles tranquilas de Pergamino, lo único que se oía eran las chicharras y los sapos, esto es, hasta que Berugo carambula decía algo gracioso, entonces, en la lejanía, se escuchaba la risa estruendosa y gritona de mi tía, como el rebuzne de un burro, y después absoluto silencio.

Aquella vez habíamos ido a pasar las mini vacaciones que propician la semana santa. A mi personalmente siempre me encantaron las pascuas, no porque sea religioso, sino por los huevos de chocolate, nunca hicimos ninguna estupidez en mi casa como esconder los huevos, o disfrazarse de conejo ni nada de eso, solamente poníamos los huevos en el mueble mas alto, a la vista de todos, entonces uno estaba una semana (mínimo) mirando el huevo y deseando comérselo, la ansiedad aumentaba día a día, el nerviosismo, la curiosidad por saber que tenia dentro (en verdad uno ya sabe que tienen dentro, un caracol con ruedas, confites y la cunita con el bebe para armar, lo mismo que traía el Topolin), llegaba a un punto en que uno se encontraba verdaderamente obsesionado, y para cuando por fin podía comerme el huevo, al contacto de mi paladar con el chocolate, yo estallaba en éxtasis, en verdad, el chocolate es mucho mas rico cuando tiene forma de huevo, llamenlo “cuestión psicológica” o como quieran, pero es así, el asunto es que, ese fin de semana largo, nosotros llevamos en el auto tres huevos de chocolate excepcionalmente grandes, dos negros y uno blanco, huevos a los cales ya les había estado echando el ojo toda la semana anterior y las ganas de probarlos ya eran incontenibles, todo el viaje de ida fue yo preguntando: ¿Y cuando se comen los huevos?, ¿pero se comen al mediodía o a la noche?, ¿podemos abrir uno ahora y dejamos los otros para después?, mi mamá me decía: -NO, son para regalo-, yo me reía creyendo que era un engaño, mi vieja siempre trataba de asustarme para que no preguntara cosas, casi nunca me dio una respuesta directa en mi infancia, siempre tenia que asustarme con algo, recuerdo la primera vez que comí uvas, me tragaba las semillas, tendría entre 3 o 4 años, mi mamá se dio cuenta y me reto -No te tragues las semillas que hacen mal-, entonces, tuve que preguntar, simplemente, tuve que preguntar, -¿Por que hacen mal las semillas?-, -Porque si- contesto categóricamente-, “porque si” es una respuesta que nunca me convenció, entonces dije -Ya me trague muchas y no me siento mal- ella no sabia porque hacen mal las semillas, solamente sabia que a ella le habían dicho de chica que las semillas hacen mal, solamente estaba perpetuando la conducta impuesta en su niñez cuando me contesto: -No te comas las semillas que te va a salir una enredadera de las pelotas-, esa era la respuesta que me daba para casi todo, por casi cualquier cosa, era posible que como consecuencia, me saliera una enredadera de las pelotas, igualmente nunca le hice mucho caso, al día de hoy me sigo tragando las semillas de casi cualquier fruta, menos del melon y la sandia.

Pero volviendo al tema, Sábado a la noche, festejamos, mi tío puso un lechón en la parrilla, sacamos los cascarudos de la copa y brindamos con sidra, verán, en Pergamino, en el tiempo que lleva, servir una copa y levantarla para hacer un brindis, se llena de cascarudos, juro por Dios que Pergamino esta lleno de cascarudos alcohólicos Esa noche casi no pude dormir pensando en los huevos, con sus decoraciones de azúcar, sus sorpresas, y sus confites, rogando que me tocara uno con maní con chocolate y no con garrapiñada en su interior, porque seamos sinceros, en pascua, para paganos como yo, lo importante es el chocolate.
Mi prima estudiaba repostería, todo ese fin de semana se la había pasado practicando con la manga repostera, completando firuletes y decoraciones, justo ese año había empezado, el la comida de ese domingo (que yo comí mirando fijamente a los huevos arriba de una estantería), me entere que mi vieja no me estaba cargando, y que efectivamente, esos huevos eran para regalo, se los iban a regalar a mi tío y a mi abuela, me desilusione un poco, pero pensaba que los iban a servir como postre después de esa comida, pero la cosa se estaba demorando mas de lo que yo esperaba. La comida termino, termino la charla, termino el café, -Thotilita, decile chau a los tíos que nos vamos-, ¿y los huevos?, acá falta algo, hay gato encerrado, ¿como vamos a dejar esos magníficos especímenes chocolaticios si siquiera darles una probadita?, no puede ser, no, no y no, entonces, mi prima salvadora viene del sótano de la casa, con cara de felicidad y orgullo, con una canastota enorme llena de huevos de chocolate, hechos con sus propias manos y con todo el amor filial del mundo, -Tomen- dijo -Los hice especialmente para ustedes-, se podía apreciar en las decoraciones lo bien que se había adiestrado ella misma con la manga, yo estaba que daba vueltas en el aire, -¿Los comemos ahora ma?-, -NO, ya nos vamos, los comemos en casa- me dijo impaciente por irse, no soportaba mas, estaba desesperado, tenia que comer chocolate, salude a todos rápido y salí corriendo al auto a tocar bocina para aprar al resto de mi familia, hubo mucho beso, mucho abrazo, mucho nos vemos pronto y al final emprendimos la vuelta a casa.

En el auto yo estaba insoportable, había dado un discurso enorme sobre como convendría saltearse la para en San Antonio de Areco, porque podrían dañarse los huevos o estropear su sabor con el calor, y que lo mas conveniente para todos, seria comerlos ahí mismo, en el auto, tanto hinche que me dejaron abrir dos, uno para mi y otro para mi hermana.
No voy a mentir, los abrí despacio, dejando que el aroma me inundara los sentidos, casi podía saborearlo, rompí un pedacito de azúcar y los saboree tratando de preparar a mi papilas gustativas para lo que se venia, entonces rompí el huevo apretándolo con las dos manos ante la atenta mirada de mi madre, tome un pedazo enorme, casi de un cuarto de huevo, en ese punto me di cuenta lo pesados que eran, lo olí un poco mas y le pegue una mordida enorme, de manera que me llene la boca de chocolate, mi cara cambio de un nerviosismo absoluto a una sorpresa absoluta, mire a mi madre en la cara y ella se sobresalto de mi cambio, entonces le dije -¡ESTE HUEVO ES UNA MIERDA!, y lo seguía mordiendo y moviendolo por toda la boca, tratando de buscarle el sabor por algún lado, el sabor a chocolate tenia que estar por algún lado, pero no, en su lugar había una ligera esencia a cartón corrugado. -¿Como que es una mierda?- quiso retarme mi mamá, pero probo del mismo pedazo que tenia yo en la mano y se convenció de la veracidad de mis palabras, se volteo a mi viejo y le dijo -Che... que feo que es ese huevo-, en mi deseperación, aparté ese a un costado y saque otro de la canasta, lo probé y tenia el mismo gusto a cartón, y otro, y otro, todos eran igual de horribles, esos huevos sabían a la decepción misma, .NOOOO, LES DEJAMOS LOS HUEVOS BUENOS Y NOS DIERON ESTA MIERDA- dije, completamente desilusionado y desesperanzado, aparentemente a mis padres les hizo gracia. Desde aquel entonces, cada pascua en casa recordamos aquella vez con un ¿Te acordás los huevos de la prima?.


Felices pascuas, me adelanto porque no pienso escribir nada mas hasta la semana que viene, por ahí dejo un video mio comiendome un sanguche de salame el día que no se puede comer carne (lo hago todos los años, je je je... ya se que soy un boludo)

3 comentarios:

Gran Lady dijo...

¿Recuerda que el otro día le conté que leí casi todo su blog? Bueno, entonces sabrá comprender el atrevimiento de esta pregunta: su prima... es la que se casó hace poco? ;-)

Y estoy de acuerdo con Ud., no hay nada más feo que el chocolate cuando es feo. Seguramente esos huevos con gusto a cartón estaban hechos con chocolate de mala calidad o bien se le había pasado el punto de "temple", ahí se transforma en una cosa pegajosa con gusto a lapiz de labio berreta.

En mi familia tampoco nunca se festejó pascua así con la pavada de esconder los huevos y eso, hasta en alguna que otra oportunidad mi papá se mandó algún asado (según dice, como ese fin de semana casi nadie come asado, es cuando se pueden conseguir los cortes de mejor calidad). Mi pascua más feliz fue una de cuando tendría 4 o 5 años, cuando mi vieja se ganó en una rifa que hacía la panadería de a la vuelta (que ya no está más) un huevo de pascua gigante (era gigante para mí en ese entonces, sería más o menos alto como una botella de coca cola grande) y que además era recontra grueso. Es más, lo escribo y se me hace agua la boca.

Thotila dijo...

No, esta prima es de parte de padre y tiene 10 años mas que yo, esa fue, creo, la ultima vez que la vi, la otra es de parte de madre, vive aca en capital y es 6 años menor que yo.
Me parece que lo que le habia pasado a ese huevo era justo eso que usted describe como "punto de temple", yo soy un metido en la cocina, pruebo con todo lo que hay, pero con el chocolate no me meto, le tengo respeto.
En mi familia nunca creimos en papanoel ni en los reyes ni nada de esas cosas raras, pero que no faltara un regalo porque se armaba, a mis primos si les enseñaban esas idioteces, y con mis hermanos nos reiamos a sus espaldas, je je je.
Lo importante del huevo es justo eso, que sea grueso, siempre sueño con comer una bola de chocolate como si fuera una manzana.
Yo me lei todo el suyo, tiene cosas interesantes ahi, las gemelas piruchas.. impagable... los locos tiene algo con las antenas, no se que es, yo tengo mis anecdotas con gente asi, algun dia pondre algo.

Saludos

Thotila dijo...

No, perdon, la del casamiento es 3 años menor... pucha que estamos todos grandes che!