Historias de heroína I

Prefacio.

Esto que voy a contar, se trata de la época mas oscura de mi vida. Por favor, traten de dejar todas las moralinas de lado. Todavía no se si va a tener 2 o 3 partes... y por supuesto, los nombres no son los reales.
Sin mas preámbulo...

Parte I



Malva era una chica preciosa, le decían “la gorda”, pero no era gorda, tenia apenas un poco mas de carne que sus compañeras. Era hermosa, saludable, con unas curvas espectaculares, la conocí cuando ella tenia 16, podríamos haber estado en la misma división, si yo hubiera seguido en el colegio.

Ella necesitaba un constante cariño, la búsqueda de un abrazo amoroso la hacia acostarse con cualquiera que le comprara un par de chocolates o una revista. Yo con orgullo cuento que nunca me acosté con ella, porque era su amigo, su confidente.

Me preocupaba por llenarle el vació que le dejaban los demás al saciar sus propias necesidades con egoísmo.. La quise mucho a Malva, la quiero mucho, pero es difícil de explicar mis sentimientos por ella. Me hubiera gustado mucho disfrutar de su cuerpo, no lo voy a negar, pero bromear con ella, pasar el tiempo con ella, ayudarla, consolarla, me llenaban el espíritu.

Ella me enseño a llenarme el espíritu.

Mi adolescencia no fue ajena a problemas, drogas y alcohol. Incluso me juntaba con los que “vendían”, de hecho, yo mismo pude haber “vendido” alguna que otra cosa. Una cosa era segura, si andabas por Flores y fumabas chala, tarde o temprano ibas a terminar hablando con nosotros.

En aquel entonces no habían tantos músicos como ahora. El que tocaba en una banda era admirado. Incluso yo, con unos amigos, finjiamos tener nuestra propia banda. Por supuesto, era una mentira para impresionar a las chicas, ninguno de nosotros sabía tocar algo, eso es, en aquel entonces.


Viejas Locas llego al barrio, las pendejas estaban todas alzadas. Piti vivía en una pensión cerca de casa, me lo cruzaba seguido... al poco tiempo termino hablando con nosotros.

Malva estaba encantada con “los de la banda”, y ellos estaban encantados con Malva. Tanto fue así, que en el verano del año siguiente se la llevaron a Las Toninas, a pasar el verano en carpa. Ella fue, un par de chicas que yo conocía también, una volvió a los 3 días. Cuando me la encontré, me dijo que esos días habían sido cualquiera, que dentro de las carpas circulaba cualquier cosa. Los flacos hacían lo que querían con las minas. Ellas habían ido con una idea, jóvenes e inexpertas y ellos se aprovecharon de eso, se aprovecharon de la buena de Malva. Volvió hecha una experta en pincharse... ahora no le importaba otra cosa.

Verla colocada me partía el corazón de mil maneras distintas
Y ella se perdió... se perdió para siempre. Años después, hace 3 o 4 años de esto, me la cruce por Rivadavia, estaba pelada, sucia, empujando un chico de 5 o 6 años y con un bebe en brazos. No la reconocí al principio, si lo hice cuando ella me vio. Me acerque a saludarla y ella se avergonzó de su aspecto. Me sonrió mientras trataba de taparse la boca, le faltaban los dientes, estaba demasiado flaca, demacrada. La mirada que supo estar llena de vida, ahora estaba torturada y cansada. Quería irse, no quería que la viera, al mismo tiempo quería llorarme todos los males que había sufrido y todo lo cubría una capa de vergüenza. Nos pusimos al día, lo que pudimos. Le conté que ya no veía a nadie de aquella época, que me fui y volví . Ella me contó como vivía, que estaba pelada porque había vendido el pelo y se arreglaba como podía.. Me dio pena, le ofrecí plata, pero ella me saludo rápido y se fue.

2 comentarios:

Gran Lady dijo...

¿nos pedís que dejemos de lado la moralina? ¿acaso no conocés a quienes te seguimos? ¿te parece que saldríamos con sermones? Y que sea la última vez que me hacés llorar en la oficina.

Thotila dijo...

Y si, pero no por esto, las partes que vienen son peores.
Queda debidamente notificada.

Un saludo