Recepción

Después de 30 incómodos minutos de viaje en subte, entro al edificio. Me presento y declaro mis intenciones. Me hacen esperar.

Mas de un cuarto de hora después, me atiende una chica, hacemos una rápida transacción y me informa ciertos problemas. Falta un cheque, no esta el firmante.

Si tuviera que elegir una profesión, seria la de firmante. Mi firma es horrible, tuve que inventar una a las apuradas el primer día de trabajo, pero si mi trabajo consistiera solo en eso, la estamparía gustoso en cuanto papel tuviera delante.

Hablo con la recepcionista, le pido que por favor ubique a otra persona y ella accede de mala manera.

Es una linda chica. Es joven y esta desesperada por parecer mas joven. Se oculta en maquillaje, ropa alegre y voz chillona. Delgada, de movimientos delicados y ojos claros. Le hago un chiste, pero para ella no soy nadie, soy un simple empleado, un cobrador, un mendigo, no vale la pena gastar una sonrisa.

El área de espera es un lugar perfecto a simple vista. Amplios televisores de LCD con distintos canales, inmensos sillones tipo diván, forrados en terciopelo inmaculado, dispuestos primorosamente. Colores a tono, cuidadosamente seleccionados. Piso impecable. Toda simetría cósmica diseñada para engañar.

Un paso hacia adelante me toma sospechar lo que después confirmo. Los sillones son terriblemente incómodos, y si uno se sienta, le da la espalda a los televisores.

Me atienden por segunda vez y me voy

A media cuadra, a través de auriculares chinos y rock progresivo ingles, escucho una voz tímida que grita mi profesión. Haciéndome el sordo, giro levemente la cabeza. Espió con el rabillo del ojo quien esta detrás mio, sin darme vuelta, costumbre que no me abandona de mis años de rufián de poca monta. Es la recepcionista. Obligada a perseguirme, abandonó el castillo donde es ama y señora. Sonrojada ahora y fuera del escritorio, escondite de sus ancas hinchadas y trasero rollizo, me corría con pasitos incómodos de botas con taco alto, mientras agitaba una mano, para que solo yo la viera. No quería que la vieran correr, no quería que le vieran el traste.

Avergonzada y tratando de disimularlo, agitada por haber apurado el paso cinco metros, justo antes que se rinda, me doy vuelta. Me comunica que apareció el firmante, tengo un cheque mas.

Lejos de haber hecho un comentario sobre su andar o sobre las columnas herculeas que traía como piernas, trato de arrebatarle una sonrisa y lo logro. A pesar de todo, veo una mujer agradable, detrás de su manera hablar aniñada, su maquillaje y su pelo teñido.

Volví varias veces a ese edificio, y cada vez la mina me trata mas como el orto.

9 comentarios:

Gran Lady dijo...

Ver a una recepcionista fuera de su lugar de trabajo (el escritorio inmaculado, el peinadito perfecto, las uñas prolijas) es como ver una foca cruzando la 9 de julio, o como ver un pez fuera del agua, o algo así. Usted me entiende, seguro, a pesar de mi escasa capacidad de expresión. Detrás del escritorio se siente poderosa, dueña; en la calle es una del montón.

Thotila dijo...

¡Pero mujer! ¿Como poca capacidad de expresion? se entiende prefectamente. A mi me pasa algo raro con la gente que trabaja atras de un escritorio, fuera de el, no los reconosco. Me saludan extraños por la calle y no les doy 5 de bola.
Pero la recepcionista que mas me revienta, son las que tienen telefono vincha, te miran a los ojos y hablan, entonces uno responde, pero no hablan con uno, hablan por telefono. Debe ser un chistonto de ellas.


Saludos

Anónimo dijo...

Eso pasa siempre, al menos con los recepcionistas. Con casi todos los recepcionistas. Si lo pensas es la ultima persona con poder en el laburo que sea, no es jefe de nadie, solo verdugo de los clientes/pacientes/whatever, justamente por eso... Por algún lado deben sacar la, quizás, frustración de su lugar en la cadena de mando.

Por ejemplo, recuerdo a un recepcionista de un estudio jurídico, tipo forro, altanero, soberbio... muy mala onda (trato muy mal a una anciana, eso no se hace delante mío) however cuando hablaba con mi abogada, esta lo llama y le dice "Se me cayo agua limpia" y fue como la mucama de alguien con mas poder y me regodee, obviamente me regodee.

Like always es un tema de poder.

Probablemente me fui del tema y perdí mi capacidad de sintetizar ideas simples :P

Saludos man.

Anónimo dijo...

"se me cayo agua, limpia" maldita coma.

Thotila dijo...

"EL" recepsionista, es una especie totalmente distinta (y rara), hay recepcionistas mujeres que son copadas, tambien las hay que empiezan altaneras y terminan siendo aliadas... pero el chabon recepcionista, tiene un aire de garca especial, a ese no lo cambias con nada. Despues esta el recepcionista putete, esos son un amor! JA JA JA JA.

Saludos woman.

Alicia en el país dijo...

Permisoooo...

1) discrepar es mi deporte favorito...
a no generalizar che! que fui recepcionista y no creo ser tan desagradable, pero la atención al público es tremenda, posta, muy seca mente.

2) hay profesiones peores, no conozco otra que la de ser banderillero en un estacionamiento por ejemplo, pobre chabón!

3) esto es demasiado... un cuatro? en serio? ufff. hablaremos de eso seriamente...

4) la turuleca está a pleno, cuando quieras!

5) con respecto a quien soy o como me hago llamar, tengo ese problemita del ego, vio?

Thotila dijo...

Adelante, pongase comoda, saquese los zapatos.

Dolidos habran quedado de su partida en la recepcion. Igual este relato, es de una recepcionista en particular, no hay generalizacion.

Profesion peor, puede ser guarda-barreras? portera/o de telo (el que limpia, no el que atiende)?.

Aca en el centro hay gente inescrupulosa que vende Turulecas truchas, se nota que no estan hechas con amor.

Un cuatro es algo insignificante. ¿No quisiera una estrella? ¡Pidame una estrella!¡Pidame la Luna!¿Aceptaria la Luna, si fuera yo el que la diera?

Alicia en el país dijo...

No se crea, en ese lugar nadie es imprescindible.
Profesiones peores hay seguramente y muchas, tiré una que me parece tediosa nomás.
Turuleca hay una sola, y creame que está requete loca. Vió si eran de polar? lo dudo. De todas formas ya está todo inventado, la revolución viene por otro lado...

Una estrella? Orion? la luna? creí que se la había comido Chipi mi gato, creyendo que era un pedazo de queso... tendré que ver entonces que otra aventura le arrebató una de sus vidas...

Usted es un poeta, esto es definitivo.

Thotila dijo...

¿Orion? usted me hace acordar a Gliese 849...
Gliese 849 es una estrella pequeña de la constelacion de Acuario. Tiene un planetita torpe y feo que orbita a su alrededor. Este planetita, tarda 5.2 años en dar una vuelta completa alrededor de su estrella... y yo se, que ese planetita, torpe y feo, es feliz de estar 5.2 años recorriendo la oscuridad del frio cosmos, porque, al cabo de ese tiempo, puede bañar su cara un momento, en la luz que emite su estrella.