Fiesta en la facultad (III)

Nunca los había visto tan animados. La gente había dejado de pasar y se quedaba viendo la banda. A un costado estaban los Rockabillies y bailaban, se movían con la música, las parejas se abrazaban, la escalera que daba a ese subsuelo estaba repleta de gente. Alarico siempre tuvo alma de showman, pero esa noche se lució. Se arrodillaba, paseaba por el lugar mientras tocaba. La batería improvisaba pero no perdía el ritmo. La guitarra coordinaba todo, esa guitarra influenciada por Clapton, de mano lenta, con escalas poco ortodoxas, prodigiosa en las manos de Sigerico, y Ganika. Ganika estaba hermosa, sensual, contoneo hipnotizante, voz cautivadora. Nunca los volví a ver tocar tan bien. Todo el mundo se asomaba a ver que pasaba ahí abajo. Cuando me quise dar cuenta, me había tomado media botella de Old Smugler.
La gente que me conoció antes de los 20, se hubiera sorprendido de no verme borracho, pero la gente que conozco ahora, jamas me había visto así. Yo sabia que estaba tomado, todavía no veía doble pero la cabeza me giraba un poco. Era consciente de mis actos, podía mantener a mi antiguo yo a raya todavía
Felicito a los muchachos de la banda y nos quedamos por ahí, tenia curiosidad de ver que iban a hacer los reggaes.
Zas, “trompeta” tocaba la trompeta (recién ahora confirmaba mi sospecha). Empiezan a tocar. En la mitad del primer tema ya se había ido la mitad de la gente, los que quedaban no le daban ni cinco de bola a la banda. “Trompeta” hacia coros junto con “trombón” y los dos se movían graciosamente, igual que como haría un chimpancé.
Nunca voy a entender a una persona que deliberadamente decide tocar el trombón No conozco el instrumento a fondo pero creo que tiene la misma tonalidad sonora que un inflador de bicicleta. Do contraído, Sol extendido. ATENCION ATENCION, se viene el estribillo, “trompeta” saca la trompeta y... PUUUUuuuu-RUUUuuu … PUUUuuu-RUUUuuu, y nada mas. Suelto una carcajada burlona, mis amigos me escuchan, la gente me escucha y la banda me escucha. El cantante tenia la sonrisa ensayada en los labios desde que empezó, pero entre cejo y cejo una arruga delatora anunciaba que mi risa había hecho mella. Yo estaba contento.
Habían chicas que se sacaban fotos entre ellas y se reían. El sonidista me ve abrazado a la botella de whisky y se ríe. Me la pide para mostrarsela a un amigo, la pasea un rato pero no toma, eso me molesta un poco. Quedamos Eurico, Alarico y yo tomando Old Smugler cuando llegan mas amigos nuestros. Ganika estaba molesta por algo, se había ido sin saludar a nadie, después me entere por que. Algún idiota había invitado a su ex, y el idiota del ex vino. Había mala sangre entre ellos. Me hubiera gustado que ella me contara en ese momento (yo sabía de el, pero no lo conocía de vista), habría sacado al ex del lugar, pero, por algo no me dijo. En lugar de eso solamente se fue.
Trago va, trago viene, veo a una de las amigas de los rockabillies, una chica alta con boina, muy chica, demasiado, muy bonita. La saludo con el pico de la botella y ella se ríe y se sonroja.
-Bueno, gracias, buenas noches- terminaban los reggaes. Yo ya ni los registraba. Se llevan su micrófono y sus cables. Hijos de puta, egoístas de mierda. Tocaron con batería prestada, equipos prestados, un micrófono prestado y ellos no son capaces de dejar 2 cables mugrosos y esperar que las 2 bandas que quedaban terminaran. Igual no me hice demasido problema, tenía todo lo necesario.
Noto que Alarico y Eurico ya estaban en “borracho alegre”. Muy berborragicos, muy cargosos.
Agarro a un rockabillie y le digo, -Papi, ¿que tenés?- mientras la cabeza me da vueltas y me concentro en no tambalear, -No tenemos nada- me contesta nervioso. -No te hagas drama que con el sonidista te armamos todo enseguida-. Quedo muy agradecido el muchacho.
No había ni la mitad de la gente cuando tenían que empezar los rockabillies. De “Las manos de Fillipi” ya me había olvidado, y por lo que a mi concierne, ni siquiera fueron.

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