El alivio del áspero adiós (Parte III)

Este será el nombre definitivo para la "Historia ficcional corta" (primera de muchas espero), pueden encontrar las partes anteriores aquí:

Parte 1
Parte 2

Dicho eso... continuemos
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Fin de semana... hacia tiempo que los finas de semana pasaban casi inadvertidos en la vida de Ricardo, salía con amigos, iba de acá para allá, pero sin ganas, cada vez tenia menos ganas, desde que su ultima novia lo había dejado, hacia mucho tiempo ya, a pesar de la insistencia de sus amigos, el no la olvidaba, el tiempo que habían estado juntos, habían crecido de manera dispareja, ya eran incompatibles, quien dejo a quien y porque era ahora un hecho sin importancia, lo único importante, es que por un breve periodo de tiempo, ambos supieron verdaderamente como era el otro, podían verse a los ojos sin secretos, sin disfraces y sin hipocresías, y después cambiaron... y ahora ya no estaban juntos, pero el pensaba en ella, sin ella se sentía solo, rodeado de gente se sentía solo y esa noche tenia ganas de llamarla... desafortunadamente, lo hizo, pero eso fue esa noche, recién vamos por su mañana.

Se despertó temprano, el orden y la pulcritud que mantenía rigurosamente en su trabajo, se perdía completamente en el viaje de regreso a su hogar, su casa era un desastre, ropa sucia tirada por toda la habitación, restos de comida y platos sucios en la cocina y la capa de polvo que cubría todo el lugar hacían notar que la escoba y todos los demás elementos de limpieza estaban casi nuevos, pero a el no le importaba, solamente pasaba un franelazo rápido cuando tenia visitas, pero nada mas. A pesar de estar despierto se que en la cama viendo televisión, cerca del mediodía, llamo su hermano, tenia noticias de un amigo de el, Marcelo, un compañero que estuvo a su lado desde jardín de infantes, pero hacia 4 años se había ido a Italia, al principio chateaban y se mandaban mails con frecuencia, después la frecuencia fue decayendo hasta que desapareció. Ricardo sabia que su amigo había conseguido un trabajo de guía turístico y estaba ganando muy bien, se había casado con una italiana con la cual tenia dos hijos y era muy feliz allá, ahora había vuelto por unos días debido a una enfermedad del padre, Marcelo tenia la vieja dirección de correo de el y la de su hermano, con el contactó, el lo llamo a Ricardo y se juntaron todos los viejos amigos esa misma noche.
Todo el mundo saludaba a Ricardo con una extraña efusividad, el se daba cuenta, a pesar de estar dentro del mismo grupo, el se sentía aparte... y todos lo sentían distante, había algo que lo incomodaba en eso, el siempre había sido mas amigo de Marcelo y cuando el se fue las relaciones con los demás quedaron un poco raras, pero esa noche fue distinto, esa noche estaba todo el mundo atrás de Marcelo, haciendole recordar momentos de la infancia y pidiendole anécdotas de Italia, Ricardo se sintió alejado, mas solo que de costumbre y casi sin pensarlo, llamo a su ex-novia. Ella estaba preparándose para salir, le incomodo mucho el llamado y lo trato con mucha frialdad, hizo todo lo posible por demostrar que no pensaba en el y que ya no pensaba en el tiempo que habían estado juntos, el le pregunto si quería ir para allá, que estaban todos los amigos y ella le dijo que no. El trato se sacarle alguna información sobre quien salía, si era con amigas, con un tipo o con quien, pero ella se negó a contestarle cualquier cosa, pero no le colgaba, lo dejaba hundirse cada vez mas en el deseo inalcanzable de volver con ella, finalmente, el se despidió con simpatía, como si hubiera sido una charla amena y constructiva, ella se despidió con hastío y el volvió a la reunión con un sentimiento imborrable de fracaso.

Cuando ya estuvieron todos comidos y bebidos, mas de lo segundo que de lo primero, la reunión estuvo mas calma, y por fin Ricardo pudo hablar con su amigo. -¿Como esta tu viejo?-, -Mal... me parece que se esta yendo che...- dijo Marcelo, Ricardo trato de darle ánimos -¿Para tanto? te parece a vos porque lo extrañas, ¿Que les dijo el medico?-, -Si, no se, me parece que tenes razón... cambiemos el tema... ¿Como anda Claudia? ¿Porque no vino?-, -Ya no estamos mas juntos- dijo Ricardo -Nos separamos hace como 6 meses-, -Huy que cagada...-. Entonces Ricardo pregunto -¿Y la familia allá, que onda...? ¿Todos bien?- a Marcelo se le ilumino la cara -Si, no sabes lo contento que estoy, mi señora, los pibes... todo... si queres irte para allá avisame boludo, yo te consigo laburo todo, estoy re-bien allá, acá nunca podría haber estado como estoy allá-, casi sin pensar Ricardo le contesto -Yo acá estoy bien, la peleo, te respeto a vos y la decisión que tomaste, pero yo no entiendo para que irme, no te digo que acá sea todo una joda, es un quilombo, pero es mi quilombo, de acá no me iría nunca- y se quedaron en silencio, sentados uno al lado del otro mirando hacia afuera, poco después, la reunión termino.

El lunes fue mas temprano al trabajo, se encontró con la nueva, había faltado por exámenes en la facultad, estudiaba para veterinaria, Ricardo le abandono la conversación, el sentido de fracaso lo siguió todo el fin de semana y pensar que desde hacia tres meses hacia la ridiculez de llegar temprano y hacer rituales inútiles sin llegar a ningún lado no le ayudaba tampoco, melancólico realizo su rutina de limpieza, estaba terminando cuando en los monitores vio alguien que se acercaba a la entrada y golpeaba la puerta de vidrio... era la chica del viernes pasado, venia con un paquete cerrado. Ricardo fue hasta la puerta y abrió, la saludo con simpatía, ella lo saludo con cariño y le dio un beso en la mejilla -Esto es para vos-, le dijo -Espero que te guste el budín, lo hice yo-, Ricardo solamente pudo dejar escapar un -¡Graaciaaass...!- mientras miraba el paquete con asombro, ella finalmente dijo -¿Como te llamas?- mientras le ponía el paquete para que lo agarre -Ricardo- dijo sin salir de su sorpresa, -Yo me llamo Rocio, vivo acá cerca-, -Si, me habías dicho- dijo Ricardo, tratando de disimular la sorpresa con una sonrisa, -Bueno, chau "Ricardo", un gusto haberte conocido-, le puso una mano en el hombro y volvió a besarlo en la mejilla. Para sorpresa de Ricardo ella volvió al día siguiente para charlar con el, y siguió yendo todos los idas, se hicieron grandes amigos, pasaban todas las noches charlando, Ricardo no quería arruinar los momentos que pasaba con ella, pero de a poco se fue enamorando, no estaba seguro que sentía ella por el, tres semanas después, el se decidió y la invito a una fiesta de la empresa, ya lo había pensado todo de arriba a abajo, en esa fiesta le declararía su amor.

Dos días antes de la fiesta Ricardo limpio toda su casa, por las dudas... se vistió elegante y fue a buscar a Rocio a la casa, fueron al boliche donde era la fiesta, le consiguió un trago, bailaron un rato y después la llevo hasta un lugar tranquilo y le confeso su amor... ella hizo una pausa, lo miro con lastima, el se iba a acordar muchas veces de los ojos de lastima que le había puesto Rocio, y le dijo que ella lo quería mucho, pero lo quería como un amigo, no lo veía de "esa forma", el mundo de Ricardo se derrumbo, se le anudo el estomago y la garganta, no pudo evitar que la decepción se notara en su cara, ella le acariciaba el pelo y le decía que no se pusiera triste, que ya iba a encontrar a alguien... y lo abrazo, Ricardo pensó que no era momento todavía, quizás mas adelante tendría esperanzas de conquistarla, después pensó que era un idiota, era la primera vez que salían, seguro, habían charlado durante mucho tiempo, pero esta era su primer salida juntos, se sintió un idiota pero se alegro, ahora estaba seguro que mas adelante tendría oportunidad, solo tenia que respetar su "regla del 3", tendría que haber tratado de conquistarla a la tercer salida, se alegro y le dijo que la entendía, y siguieron bailando.
En un momento dado el tuvo que ir al baño, le dijo a ella que lo esperara. Luego de hacer una cola bastante larga, pudo terminar sus asuntos en el baño, cuando volvió, pudo ver que Rocio se estaba besando apasionadamente con Rainieri, un empleado de ventas, Ricardo lo conocía porque mas de una vez había ido con una que otra chica a la empresa dentro de su turno, para que lo dejara pasar a las oficinas cuando no había nadie, los vio a los dos juntos y se le volvió a formar el nudo en la garganta y el pecho, no pudo pensar en nada, dio media vuelta y se fue.

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