El alivio del áspero adíos (Parte IV)

Parte 1
Parte 2
Parte 3

Ricardo vuelve a su casa, tratando de pensar lo menos posible, ni siquiera trataba de pensar en otra cosa, únicamente tratando de no pensar, trataba de que su cuerpo regrese a su casa automaticamente, sin darle ordenes, moverse por reflejo, eso podía hacerlo bien, pero su cabeza siempre volvía a la misma imagen, la de Rocio y Rainieri besándose... no sentía nada, sabia que tendría que estar por lo menos decepcionado, triste... pero dentro suyo no había nada.
Se quedo despierto toda la noche mirando television, seguía tratando de no pensar y seguía fallando, paso todo el resto del día casi en la misma posición, sin dormir y reviviendo mentalmente el momento en que vio a Rocio besándose con otro... finalmente se pregunto ¿por que? y el nudo en la garganta se le hizo mas fuerte que nunca hasta que se durmió.

Ese lunes llego al trabajo mas tarde que nunca, Juan tenia que hacer esas cosas misteriosas que el hacia cuando se iba temprano y se enojo mucho con Ricardo por llegar tarde, en verdad estaba enojado y se lo hizo saber, mientras se ponía la campera y se iba, le echaba la culpa porque ahora era el quien llegaría tarde, Ricardo seguía sin poder sentir nada, no le importo, lo saludo estomáticamente y empezó su rutina apenas Juan se fue. Cuando estaba terminando, vio por los monitores que Rocio venia a verlo y le fue a abrir la puerta, ella entro y lo saludo alegre, como si no pasara nada, como si no hubiera pasado nada, y verdaderamente para ella, no había pasado nada en el boliche, salvo que Ricardo se había ido sin saludarla. Apenas entro le dijo -¿Que te paso el sábado...? Te fuiste y me tuve que volver sola-
-No sabes que me paso- dijo el, todavía sin poder sentir nada, pero haciéndose el enojado -Yo te digo que te quiero y vos te pones a besarte con otro tipo-
-¿Te enojaste por lo de Tito? Te dije que te veía como amigo, no veo porque te tenes que enojar- le contesto Rocio.
Ricardo estaba pensando estrategicamente, quería apelar a la lastima de ella, recordó la cara que le había puesto en el boliche cuando rechazo su amor y creyó reconocer en ese momento un sentimiento de ella por el, ahora pensaba que tenia que hacerla recorrer por distintas emociones hasta que pudiera conectar de vuelta con ese sentimiento, de esa manera, volver a conectar con el... estaba perdido, ¿que tenia que hacer?, ¿estaba enamorado de ella?, ¿que quería ella con el?, ¿debía sentir tristeza? mientras pensaba todo esto le dijo -¿Para que jugas así conmigo?, venís todos los días, decís que me queres, pero cuando te digo que yo también te quiero me cortas el rostro-, -Si, yo te quiero, pero como amigo- le contesto ella enojada, -¿Amigo que?, si queres a una persona, queres estar con ella, punto, ¿que pasa conmigo?, ¿que tengo de malo?, ¿ese "Toti" es mejor persona que yo?-, dijo mal el nombre a propósito, para menospreciar al otro, ella contesto muy enojada, -Tito se llama... Mira Ricardo, yo no vengo a que me reproches ni me eches en cara nada, así que me voy- y dio media vuelta, al verla darse vuelta para irse a Ricardo lo invadió una profunda tristeza, no quería que ella se vaya, ahí se dio cuenta, no quería que se vaya, quería estar con ella, la quería, la quería de verdad, cuando se estaba yendo la tomo del brazo y con los ojos humedecidos le dijo -No te vayas... por favor... perdoname-, no dijeron nada mas, se abrazaron y se quedaron juntos, sentados en silencio tomando mate con bizcochitos

3 comentarios:

Gran Lady dijo...

No solo leí esta historia (y sus partes anteriores). Leí casi todo el blog. Me atrapó. Quiero que siga escribiendo así. Aunque esta historia me haya dejado sensación de "nudo en la garganta".

Lisa dijo...

¿Cómo dice que le va, mi estimadísimo? No ando comentando, aunque, como usted bien sabe, lo leo siempre.

A propósito, para cuándo unos mates (mejor tererés) con bizcochitos?

Saludos afecuosos,

Lisa, la de siempre.

Thotila dijo...

En verdad me halaga, estimada Gran Lady, hare lo posible por seguir asi, aunque le digo, no se preocupe por esta historia, a diferencia de mi vida, aca el final lo pongo yo.
Tanto tiempo Lisa querida, ¿como dice que le va?, ¡como me conoce!, ya veremos...

Saludos.